Cuando oramos, realmente estamos buscando la voluntad de Dios para una situación o para la nuestra. Y cuando un verdadero creyente ora, ¿estamos dispuestos a aceptar un "no" por respuesta? Sabemos que Dios nos escucha, así que si pedimos algo y no sucede, ¿somos lo suficientemente fuertes en nuestra fe para decir como lo hizo Jesús antes de que las autoridades se lo llevaran: "Sin embargo, no se haga mi voluntad, sino la tuya"? Escuchar a Dios es increíble, pero cuando escuchamos de Él y la respuesta o declaración es contraria a nuestra voluntad, podemos confiar en que la respuesta de Dios es la mejor y darnos cuenta de que hay un panorama mucho más amplio que rodea nuestras vidas.